A medida que el campo del estudio
de la comunicación progresa y se especializa, la atención parece desplazarse
del análisis de los contenidos mediáticos, como ocurría en la segunda mitad del
siglo pasado, a la innegable presencia e impacto de los medios en nuestras
vidas, de sus lógicas y estrategias en la configuración del mundo social,
económico, educativo y político (Couldry & Hepp, 2018; Merrill et al., 2020). No obstante, si los
estudios reunidos en este número de Correspondencias & Análisis evidencian
algo, es la importancia y vigencia del análisis de los mensajes y sus
contenidos, independientemente de optar por una perspectiva cuantitativa o
cualitativa para hacerlos. Al respecto, Klaus Krippendorff,
referente ineludible hasta el día de hoy, afirmó que «toda lectura de textos es
cualitativa, incluso cuando ciertas características de un texto son luego
convertidas en números» (Krippendorff, 2019, p. 21),
casi siempre en busca de mayor objetividad analítica. Lo esencial, sin embargo,
está en otra parte: las cosas que (nos) decimos importan por el poder que
tienen de transformar nuestros imaginarios y eventualmente direccionar nuestras
posturas e ideologías (Santander, 2011), pero también, como ha notado Paolo
Fabbri (2017), en la medida que los discursos son terrenos estratégicos de
conflicto (a veces hechos de palabras, pero no siempre) en donde los poderes e
imaginarios de una cultura se reflejan y se convierten en objeto de estudio.
El trabajo de Silveira y Barbosa
(2024) investigadores de la Universidad Federal de Santa Catarina, aborda las
consecuencias de los procesos de plataformización y
la difusión de Contenido Generado por el Usuario (CGU) en medios alternativos,
así como las oportunidades que presentan las redes sociales para la
participación de grupos históricamente marginados y cuyas voces no siempre son
incluidas en la esfera pública. A través de la observación de casos reales y un
atento análisis de contenido, el estudio muestra el vínculo innegable entre esa
doble representación (mediática la una; política la otra) a la que tantas veces
nos conduce el estudio social de la comunicación y sus plataformas. Las redes
sociales fueron también analizadas por Farías (2024), investigador de la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, quien estudió las prácticas
de automedicación en jóvenes a través de las plataformas de Facebook, Instagram
y TikTok, combinando la etnografía digital con
entrevistas semiestructuradas. La investigación, de enfoque cualitativo, arroja
luces sobre la interacción digital entre jóvenes en temas referentes a la
automedicación, al mismo tiempo que evidencia la mediatización de las prácticas
de cuidado de la salud.
El análisis de contenido
cuantitativo es la técnica principal del estudio de Mayorga- Escalada (2024),
docente de la Universidad Internacional de La Rioja. La investigación tuvo como
objetivo determinar el origen, la actividad y la proyección comunicativa de las
marcas patrocinadoras de la élite del fútbol profesional europeo, con un
énfasis particular en los clubes que conformaron la Champions League en la
temporada 2022/2023. Tomando el patrocinio como una decisión estratégica de
comunicación, el artículo concluye ofreciendo una tipología de las marcas que
estuvieron presentes en las principales ligas de Europa:
(1) marcas
de ámbito local/nacional, (2) marcas europeas de origen nacional y proyección
global, y (3) marcas no europeas globales/multinacionales.
La prensa y el tratamiento
informativo de la noticia están presentes en el trabajo de Arzuaga-Williams y
Rodríguez-Milhomens (2024), profesoras de la
Universidad Católica del Uruguay. Ante el urgente desafío de comunicar el
cambio climático, fenómeno abstracto, técnico y visto como lejano por la
mayoría de la sociedad civil, las investigadoras desarrollan un análisis
exploratorio de cinco medios: Montevideo Portal, La Diaria, El Observador, El
País y Búsqueda, buscando responder si el signo político guarda relación con el
tratamiento del cambio climático, los encuadres (o frames)
que se utilizan al momento de hablar de él, y si sus problemáticas de
comunicación son atendidas. Por su parte, Anticona
(2024) explora el género del periodismo Gonzo ejercido por la novelista
mexicana Elena Garro, como parte de un estudio cualitativo. La autora,
profesora de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, recurre al análisis
de contenido para abordar el reportaje Mujeres perdidas. Reformatorio de
Señoritas, publicado en 1941 y reeditado en el año 2014. La investigadora
hilvana un análisis minucioso del reportaje para dar cuenta de los peligros del
proxenetismo en México, especialmente para mujeres que, hasta el día de hoy,
son explotadas sexualmente en medio de estructuras de poder fuertemente
patriarcales, además de los riesgos que supone la propia práctica periodística
que recoge sus testimonios.
Como lo atestiguan diversos libros
y monográficos, los medios comunitarios se han constituido como ejes
importantes de la comunicación mediática contemporánea. El trabajo de Sevillano
et al. (2024) de la Universidad Técnica del Norte analiza a partir de una
metodología mixta los medios comunitarios en Ecuador, tomando como punto de
partida las movilizaciones sociales acontecidas en el país andino en 2019. Los
resultados dan cuenta de la preferencia de un sector de la población por
consumir este tipo de medios, destacando su información como precisa, objetiva
y verificada en un periodo de convulsión social y política.
Alejandro Nuñez
Alberca
Editor
EDITORIAL
As
the field of communication studies progresses and specializes, the focus seems to
shift from the analysis of media content, as was common in the latter
half of the
past century, to the undeniable
presence and impact of media in our lives, their logic,
and strategies in shaping the social, economic, educational, and political world (Couldry & Hepp, 2018; Merrill et al., 2020). However,
if the studies
compiled in this issue of Correspondencias &
Análisis demonstrate anything,
it is the
importance and relevance of analyzing messages
and their content, regardless of whether
a quantitative or qualitative perspective is chosen. In this
regard, Klaus Krippendorff,
an unavoidable reference to this
day, stated that «all reading
of texts is qualitative, even when certain
characteristics of a text are later converted into numbers» (Krippendorff, 2019, p.
21), almost always in pursuit of greater
analytical objectivity. The essential questions,
however, lie elsewhere: the things we
say (to others
and to ourselves) matter because of their power
to transform our imaginaries and eventually guide our stances and ideologies (Santander, 2011). But
also, as Paolo Fabbri (2017) has noted,
because discourses are strategic terrains of conflict (sometimes
made of words,
but not always)
where the powers and imaginaries of a culture are reflected and become objects of study.
The work of Silveira and Barbosa (2024), researchers
from the Federal University of Santa Catarina, addresses the consequences
of platformization processes and the spread of User- Generated
Content (UGC) in alternative media, as well as the opportunities
presented by social networks for the
participation of historically marginalized groups whose voices
are not always included in the public sphere. Through the observation
of real cases and careful content analysis, the study highlights
the undeniable link between this dual representation (one media- based, the other
political) to which social communication and its platforms often
lead us. Social networks were also analyzed
by Farías (2024), a researcher
from the Michoacán University of San Nicolás de
Hidalgo, who studied self-medication practices among young people
through platforms like Facebook, Instagram, and TikTok,
combining digital ethnography
with semi-structured
interviews. This qualitative
research sheds light on the digital interaction among the youth concerning
self-medication topics, while also revealing
the mediatization of healthcare practices.
Quantitative content analysis is the
main method in the study by
Mayorga-Escalada (2024), a professor at the International University of La Rioja. His work aimed to
determine the origin, activity, and communicative projection of the
sponsoring brands of the European
professional football
elite, with a particular emphasis
on the clubs that comprised the Champions League during the 2022/2023 season. Viewing sponsorship as a strategic communication phenomenon, the paper concludes by offering a typology
of the brands
present in the major European leagues: (1)
local/national brands, (2) European brands of national origin
with global projection, and
(3) non-European global/multinational
brands.
The press
and news coverage are addressed in the work of Arzuaga-Williams and Rodríguez-Milhomens (2024), professors at the Catholic University
of Uruguay. Faced with the urgent
challenge of communicating climate change –an abstract,
technical phenomenon perceived as distant by much of
the civil society– the researchers conduct an exploratory
analysis of five media outlets: Montevideo Portal, La Diaria, El
Observador, El País, and Búsqueda. They seek to determine whether political leanings influence climate change coverage, the frames
used when discussing it, and whether its communication
challenges are adequately addressed. For her part, Anticona
(2024) explores the genre of Gonzo journalism practiced by the
Mexican novelist Elena
Garro as part of a qualitative study. The author, a professor
at the Peruvian University of Applied Sciences,
uses content analysis to examine the report Mujeres perdidas. Reformatorio de Señoritas, published in 1941 and reissued in
2014. The researcher weaves a meticulous analysis of the
report to highlight the dangers
of sex trafficking in Mexico, especially for women who,
to this day,
are sexually exploited within deeply patriarchal
power structures, as well as the risks
inherent in journalistic practice when gathering
their testimonies.
As
attested by various books and monographs, community media have become important
axes of contemporary
media communication. The work of Sevillano et al. (2024) from the Northern
Technical University analyzes community media in
Ecuador through a mixed methodology, using the social mobilizations in the Andean country in 2019 as a starting point. The results highlight
a segment of the population’s preference for consuming such media, noting their information
as accurate, objective, and
verified during a period of social and political upheaval.
Alejandro Nuñez
Alberca
Editor
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