Challenges in communicating climate change.Treatment in the Uruguayan press
Mónica Arzuaga-Williams
Correspondencia:
marzuaga@ucu.edu.uy
https://orcid.org/0000-0002-1193-287X
Universidad
Católica del Uruguay, Uruguay
Graciela Rodríguez-Milhomens
https://orcid.org/0000-0003-3717-957X
Universidad
Católica del Uruguay, Uruguay
Recibido: 09/10/2024
Aceptado: 28/10/2024
Para citar este artículo:
Arzuaga-Williams, M., & Rodríguez-Milhomens, G. (2024). Desafíos para comunicar el cambio climático. Tratamiento en la prensa uruguaya. Correspondencias & Análisis, (20), 117-138. https://doi.org/10.24265/cian.2024.n20.04
Resumen
El
cambio climático es uno de los problemas actuales que desafía a la comunicación
pública por su naturaleza científica compleja, por las interrelaciones
sociopolíticas, discursivas, culturales y demográficas locales que interfieren
en la comunicación pública y por condiciones emocionales particulares que
intervienen en la percepción e interpretación del problema. El enmarcado (framing) de las noticias realizado por los periodistas,
cuando atiende las condiciones particulares para comunicar sobre el cambio
climático, puede incidir en el interés y la comprensión del tema. Para
describir el tratamiento que realiza la prensa en Uruguay sobre esta materia,
se realizó una investigación exploratoria con análisis de contenido en una
muestra de artículos publicados en 2023, en la que se identificaron y
analizaron los marcos aplicados. Los resultados revelaron que el tratamiento
del cambio climático está relacionado con el modelo y las prácticas
periodísticas de los medios y no con su orientación ideológica, y que los
marcos aplicados para presentar los contenidos sobre cambio climático en los
artículos no responden a las dificultades que el fenómeno implica para la
comunicación pública.
Palabras clave: comunicación; cambio climático; framing; periodismo; Uruguay
Abstract
Climate change is a current problem
that challenges public communication due to its
complex scientific nature. These local socio-political, discursive, cultural
and demographic interrelations
interfere with public communication due to particular emotional conditions that intervene in the perception and interpretation of the problem. The
framing of the news by
journalists, when it addresses the
specific conditions for communicating about climate change,
can influence interest and understanding of the topic. To
describe the treatment carried out by
the press in Uruguay, exploratory research with content analysis
was carried out on a sample
of articles published in 2023 in which the applied frameworks
were identified and analysed. The results
show that the treatment of climate
change is related to the
journalistic model and practices of the
media and not to their ideological orientation. The frameworks applied to present content
on climate change in the articles
do not respond to the difficulties
that the phenomenon implies for public communication.
Keywords: communication;
climate change; framing; journalism; Uruguay
Introducción
En
1988 la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial crearon
el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por su
sigla en inglés). Se trata de un órgano científico en el que participan miles
de científicos de 195 países y tiene como función ofrecer la visión científica
sobre el cambio climático, sus causas y repercusiones. Para ello elaboran
reportes de acceso abierto que se presentan a los representantes de los
gobiernos para tomar decisiones informadas sobre el tema. Hasta la fecha se han
elaborado seis reportes y varios informes especiales temáticos y metodológicos.
Los
paneles tienen una destacada participación de científicos del clima, la
atmósfera, las ciencias naturales y también de la economía, dado el carácter
intergubernamental de su cometido. Recién en el quinto reporte, presentado en
2014, el IPCC planteó la necesidad de integrar científicos de las áreas
sociales y culturales para entender por qué las personas no actúan ante el
cambio climático (Meira-Cartea et al., 2018; Moser,
2016). Desde entonces se registra un aumento de las investigaciones en diversas
disciplinas sociales, entre ellas la comunicación, a la que los órganos
intergubernamentales le han trasladado dos focos de preocupación: (i) la
necesidad de persuadir a la población de que el cambio climático existe y es
generado por el hombre, y (ii) la necesidad de
movilizar a los ciudadanos para la acción ante el cambio climático.
La
comunicación de esta temática se enfrenta a desafíos propios de un fenómeno de
difícil comprensión y de escasa relación directa con las necesidades cotidianas
de las personas. El déficit de información sobre este tema se combina con
discursos confrontativos y polarizados de actores
movidos por intereses políticos o empresariales (Etkin
& Ho, 2007; Weingart et al., 2000) que aleja el
tema del interés de las personas. Este estudio se propuso describir el
tratamiento que le da la prensa en Uruguay a este tema, con una investigación
exploratoria de análisis de contenido a partir de una muestra de artículos
publicados en 2023 en la que se identificaron y analizaron los marcos
aplicados. El análisis tuvo como objetivos establecer si el signo político del
medio determina el tratamiento sobre cambio climático, determinar los marcos (frames) que utiliza la prensa nacional para el tratamiento
del cambio climático y explorar si los medios atienden los problemas de
comunicación que son específicos a la hora de tratar el tema.
A
continuación, se presenta una sistematización de asuntos que condicionan la
comunicación sobre el cambio climático y en particular la comunicación en
prensa; luego se muestra la metodología empleada en esta investigación, los
resultados y las conclusiones del estudio.
A
pesar de los esfuerzos realizados para comunicar sobre este fenómeno, sus
causas e impactos, no se ha logrado modificar de manera sustantiva el
comportamiento de las personas (González & Meira-Cartea, 2009; Nerlich et al., 2010). Los estudios señalan que son
múltiples los factores que condicionan este resultado.
El
cambio climático es un concepto complejo para comunicar, difícil de comprender
por su carácter abstracto e invisible para la observación directa; también está
diferido en el tiempo porque se estima que afectará en mayor medida a las
futuras generaciones. Por lo tanto, es un asunto que no capta en forma rápida y
profunda la atención de las personas. Su riesgo es percibido como lejano y no
parece revestir urgencia ni preocupación como para desplazar los intereses
actuales que, para la mayoría de las personas, se concentran en la
sobrevivencia diaria, sus problemas económicos, de salud, entre otros
(González, 2012).
Por
otra parte, aunque el cambio climático es causado por la acción humana, es un
fenómeno multicausal en el que intervienen múltiples variables físicas y
atmosféricas, entre otras, que no son de fácil comprensión para el ciudadano
común. A las personas les resulta difícil vincular un acto cotidiano como, por
ejemplo, desechar residuos del hogar, con inundaciones al otro lado del
planeta. Es decir, no es una problemática que se explique por una relación
causal simple o que se comunique con mensajes sencillos, sino que requiere
cadenas argumentativas múltiples, complejas y de complicada transmisión.
En
la población existen déficits importantes en la información con respecto al
cambio climático que agrega mayor complejidad y dispersión a su interpretación
y también mayor distanciamiento con la posibilidad de generar actitudes
responsables ante el problema (González, 2012; Porzecanski,
2021). En lo que se refiere a las acciones implementadas para atender la
ausencia de información, se ha identificado que las estrategias de
alfabetización científica y la integración de contenidos en el sistema
educativo formal son limitadas y tienen poca efectividad para cambiar los
comportamientos (González & Meira-Cartea, 2009; Oltra et al., 2009). En
cambio, otras investigaciones han mostrado que las campañas de información y
comunicación gubernamental sostenidas en el tiempo, sumado a la educación
participativa y ciudadana logran mayor impacto en el manejo informacional de la
población y en el cambio de sus comportamientos (Nerlich
et al., 2010), y es mucho mayor el resultado que se alcanza en los países con
sistemas normativos que promueven comportamientos proambientales (Ockwell et al., 2009).
A
ese déficit informacional se le agregan las interferencias discursivas entre
ciencia, política, actores económicos y medios (Etkin
& Ho, 2007; Weingart et al., 2000). Los discursos
sobre el cambio climático, en ocasiones basados en intereses económicos
concretos, han pasado por la confrontación entre posiciones polarizadas de
negacionistas y pesimistas, por discursos catastrofistas que generan alarma sin
proveer argumentaciones claras y evidentes, como también por discursos
contradictorios o poco comprometidos de actores gubernamentales. Este panorama
genera en la población desconcierto, desconfianza, desinterés y, en muchos
casos, fatiga con el tema (Moser, 2016; Weingart et al., 2000). Algunos autores concluyen que, ante
este panorama confuso y contradictorio, la población reconoce –o no– la
existencia de esta problemática con base en sus creencias personales, mitos o
prejuicios sobre la naturaleza y el clima, y no a partir de información clara,
completa y confiable (Etkin & Ho, 2007).
Aunque
el cambio climático es un problema global, sus manifestaciones varían en los
diferentes lugares del planeta y, por lo tanto, la comunicación requiere de un tratamiento
contextualizado, que incluya un encuadre local, que atienda las condiciones
socioculturales de las personas, es decir, sus valores, creencias y visiones
sobre el mundo (Ávila & González, 2014), y que profundice en la percepción
de grupos o segmentos específicos, además de la población en forma general
(Tábara, 2001).
En
las mediciones sobre opinión pública en varios países, incluido Uruguay (Porzecanski, 2021), se registra que la población otorga
alta importancia al problema del cambio climático, pero al mismo tiempo se
observa que esa opinión no se traslada a la preocupación efectiva en acciones
concretas de los ciudadanos (Oltra et al., 2009; Ramos & Callejo, 2022;
Tábara, 2001) e incluso se identifica que la inacción de las personas está
asociada al escepticismo (Tranter & Booth, 2015; Zhou, 2015).
Los
investigadores afirman que en las actitudes y el comportamiento ante el cambio
climático influyen algunas variables sociodemográficas, pero coinciden en que
la relación más fuerte a la hora de explicar las diferencias entre el
escepticismo o la despreocupación y la acción proambiental está determinada por
la vulnerabilidad y la experiencia directa de las personas con los impactos del
fenómeno climático, así como por las variables socioculturales (Salas et al.,
2021; van der Linden, 2015; Weber, 2020). Los
expertos destacan la incidencia del nivel de confianza social de la población
en sus instituciones y en la ciencia (Zhou, 2015); la orientación de los
valores personales, en particular si priorizan el autocuidado, el cuidado
prosocial o el ambiental (Corral-Verdugo et al., 2021); las normas sociales que
predominan en la sociedad, por ejemplo, si están vinculadas al universalismo,
la justicia social, el logro o la tradición. Otros estudios confirman la
relación entre las actitudes y los comportamientos proambientales de las
personas con la ideología política conservadora o progresista (Leiserowitz, 2006; Ulmke et al.,
2023; Zhou, 2015) y también lo asocian con el peso y la confianza que las
personas otorgan a los partidos políticos dentro del mapa de elites de cada
sociedad (Rinscheid et al., 2020).
Las
emociones de las personas también juegan un papel relevante a la hora de
analizar la percepción sobre el riesgo del cambio climático, y este incide en
la generación de actitudes proambientales y en la predisposición a la acción de
las personas (Clayton, 2020; Roeser, 2012; Stoknes, 2014; van der Linden,
2015). Estos factores cognitivos y afectivos explican en parte las diferentes
respuestas de las personas a la comunicación sobre él (Chapman et al., 2017).
Para algunos investigadores, la población que percibe el cambio climático como
de alta complejidad, considera que sus acciones individuales tienen bajo
impacto en la solución del problema y quienes deben asumir la responsabilidad
son los gobiernos, los científicos y las grandes empresas (Nerlich
et al., 2010; Oltra et al., 2009). La población uruguaya considera, en
concreto, que la responsabilidad última para actuar sobre el cambio climático
se concentra fundamentalmente en el Estado (Porzecanski,
2021) y, como varios autores han señalado, esto genera un distanciamiento
emocional de las personas con el problema (Roeser,
2012; Weber, 2016) que inhibe las acciones individuales proambientales.
Existen
varios enfoques en las investigaciones sobre comunicación y cambio climático,
pero hay coincidencia en que los desafíos para su comunicación aún permanecen y
requieren mayor investigación, especialmente las que aporten a la comprensión
del tema en forma localizada, en las diferentes culturas y sociedades
(González, 2012; Moser, 2016; Stoknes,
2014).
Los
estudios de base lingüística marcan las dificultades de comprensión del
lenguaje científico de muchos discursos e identifican algunos impactos
negativos de ciertas estrategias discursivas –como el uso de metáforas y el
lenguaje alarmista– en la percepción, opinión y acción de las personas ante el
cambio climático (Nerlich et al., 2010).
En
cuanto a la comunicación en los medios, las investigaciones señalan que, a pesar
del gran potencial, ha sido escaso el impacto que la comunicación en redes
sociales ha logrado en la generación de debates y en la profundización de los
argumentos sobre el cambio climático (Schafer, 2012).
Algunos autores advierten sobre el papel que las redes han tenido en la
generación de desinformación y malinformación (Schmuck et al., 2022).
Aunque
los medios informativos tradicionales se encuentran en proceso de cambio en el
modelo de negocio y en las prácticas periodísticas (Knüpfer
& Entman, 2018), no han perdido su protagonismo a
la hora de marcar la agenda pública, influir en los líderes de opinión y
determinar la atención y percepción cuando se trata de cuestiones de
significativo interés social (Ardèvol-Abreu et al.,
2020) y, en particular, cuando se refiere a divulgar conocimiento científico (Badullovich et al., 2020).
Algunos
estudios señalan que la dependencia de los medios de prensa con la agenda
política, es decir el signo político del medio sumado a la dependencia de la
publicidad y los promocionales, influyen en el tratamiento que hacen sobre el
cambio climático (Castillo & López, 2021; Díaz, 2009). Quienes se han
ocupado de observar cómo es el tratamiento periodístico de las noticias sobre
cambio climático advierten las carencias en las técnicas y prácticas
periodísticas para abordar los temas científicos complejos (Díaz, 2009; Gotopo, 2013; Tourinho & Herte de Moraes, 2013).
El
estudio del enmarcado (framing) se basa en la
observación de las formas en que se construye el sentido en un discurso al
enfatizar ciertos aspectos y no otros (Entman, 1993).
Este modelo ha resultado útil para analizar la comunicación política y en
particular para estudiar la comunicación en los medios (Sádaba et al., 2012).
Se sustenta en la premisa de que las personas piensan en términos de marcos o
esquemas que les permiten entender e interpretar los acontecimientos y los
discursos. La elección de unas u otras palabras en un discurso debe tener
sentido con algún marco preexistente en los receptores y esa elección
particular en el discurso genera diferentes juicios y por lo tanto predispone a
ciertas actitudes y conductas en los receptores. De esta manera, si no se
aplica en el discurso el marco adecuado, no se activa la conexión emocional y
neuronal en los receptores que permite entender el mensaje y movilizar
actitudes y comportamientos (Lakoff, 2010). Los marcos, según Entman (1993), aportan diferentes funciones: ayudan a
definir los problemas, a diagnosticar sus causas, sugieren soluciones o
permiten elaborar juicios morales.
Badullovich et al. (2020) analizan la
literatura científica en inglés sobre cambio climático y encuentran que el
marco con mayor presencia en los artículos es el de problema científico y
ambiental, cuyos principales impactos son económicos. Luego, mucho menos
utilizados, se encuentran los marcos de los conflictos políticos sobre el
cambio climático, las repercusiones que el fenómeno tiene en la salud pública y
las cuestiones éticas y morales respecto a políticas, decisiones y acciones ante
el cambio climático. Los autores observan, además, que la mayor concentración
de artículos se enfoca en la definición de sus problemas y en el diagnóstico de
sus causas y muy pocos desarrollan sugerencias de soluciones. Los autores
concluyen que la simple presentación de hechos científicos es insuficiente para
lograr un resultado positivo en la comunicación sobre el cambio climático y,
por lo tanto, no moviliza las acciones.
En
el relevamiento de temas tratados en los medios españoles realizado por Fernández
et al. (2013), se listan una serie de categorías temáticas vinculadas al cambio
climático que enmarcan la comunicación en la prensa y que integran la
clasificación que aplica el Observatorio de la Comunicación del Cambio
Climático (OCCC)1: (1) las condiciones ambientales (por ejemplo, temperatura,
calidad del aire, de la luz), (2) el acceso o aprovechamiento de recursos
naturales (por ejemplo, agua, alimentos, fuentes energéticas), (3) el
sostenimiento de la biodiversidad (por ejemplo, equilibrio ecológico de la
reproducción de especies, pandemias y morbilidad), (4) los acontecimientos de
la naturaleza con efectos catastróficos (por ejemplo, terremotos, inundaciones,
sequías, huracanes), (5) los desastres derivados de intervenciones humanas
sobre el territorio (por ejemplo, sobreexplotación de recursos naturales,
contaminación, agresiones a los ecosistemas, deforestaciones, desertización),
(6) los desastres derivados de movimientos y confrontaciones sociales (por
ejemplo, migraciones, guerras, devastaciones); (7) las incertidumbres y los
miedos que dificultan proyectos de futuro sobre previsiones y cambios naturales
(por ejemplo, controversias climáticas, ecológicas), (8) los proyectos y
actuaciones oficiales o espontáneas frente a riesgos ambientales (por ejemplo,
energías renovables, cultivos ecológicos, ahorro energético, reciclaje de
residuos, emisiones de gas de efecto invernadero, GEI), (9) los proyectos y las
actuaciones frente a riesgos de conflictos y confrontaciones (por ejemplo,
movimientos pacifistas, de solidaridad) y (10) los proyectos y las actuaciones
de educación ambiental (por ejemplo, educación para el consumo responsable,
para el ahorro energético, tratamiento de residuos).
Metodología
Para
este estudio de carácter exploratorio, se construyó una base de artículos
publicados entre el 1 de enero de 2023 y el 29 de febrero de 2024 en cinco
medios de prensa nacional de diferente línea editorial: Montevideo Portal y La
Diaria, medios de edición diaria con orientación centro izquierda (progresistas),
El Observador y El País, medios de edición diaria con orientación centro
derecha (conservadores), y Búsqueda, medio de edición semanal de perfil liberal
tanto en su línea política como económica. De los cinco medios, Búsqueda y La
Diaria destacan por realizar investigación periodística, porque la figura del
editor responsable es clave en el trabajo con equipos en su mayoría estables y
se organizan con editores especializados por áreas con formación y experiencia
destacada en periodismo.
Para
el análisis de contenido se seleccionaron todos los artículos, 52 en total, que
incluían «cambio climático» en su título bajo el entendido que implica una
decisión expresa del editor o periodista por presentar el artículo dentro del
fenómeno del cambio climático. En una consultoría técnica sobre la presencia de
las disposiciones institucionales de Uruguay sobre cambio climático en la
prensa (Gómez et al. 2022) se consideró que el tema cambio climático es
protagonista en los artículos que incluyen este concepto en su titular.
Las
preguntas que guiaron el análisis fueron:
1. ¿El
signo político del medio determina el tratamiento sobre cambio climático?
2. ¿Qué
marcos (frames) utiliza la prensa nacional para el
tratamiento del cambio climático?
3. ¿Se
atienden las problemáticas de comunicación del cambio climático?
Para
el análisis de contenido de los artículos se elaboró el manual de códigos que
se presenta en la Tabla 1, para la validez interna de los resultados se realizó
verificación cruzada por consenso de tres codificadores y sus resultados fueron
procesados de manera cuantitativa.
Tabla 1
Manual de códigos aplicado en el
análisis de contenido
Resultados
Al
momento de realizar el análisis solo La Diaria y el semanario Búsqueda contaban
con una sección especializada en temas ambientales («Ambiente» en ambos casos).
En los otros medios, la notas cuyo título incluían cambio climático, se
publicaron en diversas secciones: «Sociedad», «Agro», «Rurales», «Negocios»,
«Ciencia y Tecnología», «Política Nacional», «Mundo» y «Política
Internacional».
En
la Tabla 2 se observa que el 44 % del total de artículos analizados fueron
publicados en El Observador, medio de centro derecha, la mayoría de ellos en la
sección «Mundo» y eran crónicas elaboradas por agencias de información internacional
(AFP, EFE, DW) sin vinculación con la realidad local. Los reportes, entrevistas
y columnas, que corresponden a géneros que requieren producción periodística,
es decir, mayor cantidad de recursos humanos asignados a la producción de
contenidos, se concentran en dos medios de diferente línea editorial: La Diaria
y Búsqueda. En la Tabla 2 también se puede apreciar que, excluyendo el
semanario Búsqueda, de los cuatro medios de edición diaria el que menor espacio
dedicó al tema cambio climático fue Montevideo Portal, periódico de línea
editorial centro izquierda
Tabla 2
Tipo de artículo según medio (en
porcentajes)
El
32 % de los artículos tuvo como principal área temática el ambiente en general,
la biodiversidad o la divulgación científica sobre cambio climático. Le sigue
un 28 % de los artículos cuyos principales temas fueron la economía y los
negocios, y el 22 % la política nacional en general o política ambiental. Las
temáticas relativas a educación fueron centrales en el 6 % de los artículos,
las relativas a salud y problemas sociales en el 6 % y las problemáticas
específicas sobre la comunicación del cambio climático se trataron también en
el 6 % de los artículos.
De
acuerdo con la clasificación elaborada por el OCCC, el 30 % de los artículos de
la muestra trata de proyectos y actuaciones frente a riesgos ambientales (tema
8), el 26 % de acontecimientos de la naturaleza con efectos catastróficos (tema
4), el 14 % de los artículos trata sobre las incertidumbres, los miedos o
controversias (tema 7) y el 8 % sobre proyectos y actuaciones de educación
ambiental (tema 10).
En
la Tabla 3 se puede observar que, en la muestra analizada, la mitad de los
artículos describen o desarrollan al menos un problema relacionado con el
cambio climático, pero el tratamiento sobre sus causas es descrito o
desarrollado solo en 1 de cada 4 artículos y, en cuanto a los impactos de esos
problemas y sus soluciones, un tercio de los artículos ni siquiera los
mencionan.
Tabla 3
Tratamiento del marco en los
artículos (en porcentajes)
Esto
muestra que la mayoría de los artículos (52 %), aunque presentan un problema y
también sus causas, no realizan una secuencia argumentativa en la que se
mencionen los impactos de esos problemas y tampoco sus posibles soluciones. En
el 12 % de los artículos en los que sí se registra una secuencia argumentativa,
esta es confusa, vaga o incompleta (presentan solo soluciones o solo impactos).
El 36 % de los artículos cierran en forma clara una secuencia argumentativa
completa.
Como
muestra la Tabla 4, la evidencia más utilizada en los artículos de la muestra
son los datos estadísticos. Son muy pocos los artículos que incluyen evidencias
que pueden ser observadas directamente por el lector, por ejemplo, la reducción
de almejas en las playas del país.
Tabla 4
Principal
evidencia presentada en los artículos
Tampoco,
como muestra la Tabla 5, son muchos los artículos que refieren a alguna
experiencia concreta ya sea de una población en general, como, por ejemplo, la
pérdida de pesquerías artesanales en las comunidades de Finlandia, de una
persona en particular, por ejemplo, el pescador que vive en el lago Titicaca,
Edwin Katari, de 43 años, o que refieran a un hecho local que sea conocido por
los lectores, como la sequía excepcional en Uruguay durante 2023 que afectó en
forma concreta (con la falta de disponibilidad de agua para el consumo humano)
a más de la mitad de la población del país. Si se analiza el enclave
territorial de las notas, el 54 % de ellas son de asuntos internacionales, sin
ninguna referencia a temas locales. Los artículos publicados por La Diaria y
por Búsqueda son el 71 % de los artículos que atienden temas locales vinculados
al cambio climático.
Tabla 5
Artículos con vinculación a
experiencia concreta
Finalmente,
en los artículos de la muestra se encuentran menciones a 92 fuentes
institucionales nacionales o extranjeras, entre las nacionales solo se reiteran
el Ministerio de Ambiente y la Intendencia de Montevideo, y a 77 fuentes
personales: políticos, científicos, miembros de organismos internacionales,
activistas, entre otros. Entre las personas nacionales más referidas, la
mayoría son políticos y muchas veces se presentan con discursos que generan
confusión, a modo de ejemplo, el titular de Montevideo Portal (10.09.2023)
Carolina Cosse: «La pandemia también fue consecuencia
del cambio climático». Solo dos científicos nacionales, el Dr. Marcelo Barreiro
y el Dr. Omar Defeo, se reiteran como fuentes, pero
en solo dos artículos cada uno.
Discusión y conclusiones
El
estudio se realizó a partir de una muestra recogida en una época muy especial
para los temas ambientales en Uruguay. En septiembre de 2023 se cerró un
período de 17 meses consecutivos de sequía meteorológica en el país (Instituto
Uruguayo de Meteorología, 2024) que pudo entenderse como una ventana de
oportunidad para posicionar en la agenda pública temas relativos al clima y en
especial al cambio climático. La población se encontraba particularmente atenta
y preocupada por un problema considerado una emergencia y la acercaba a la
vivencia directa, del aquí y ahora, en el complejo, abstracto y lejano concepto
de cambio climático. A pesar de esto, solo se encontraron 52 artículos con
títulos referidos a cambio climático en la prensa nacional de la época. Quizás
esto refleje la afirmación de Fernández et al. (2013) quienes consideran que
existe claudicación de los medios ante los acontecimientos relativos al cambio
climático.
Con
respecto a la primera pregunta que guía el estudio, el medio que publicó más
notas sobre cambio climático en el período fue un medio de centro derecha (El
Observador) y el que menos espacio le otorgó fue un medio de centro izquierda
(Montevideo Portal). Esto no coincide con hallazgos registrados en otros países
en los que los medios progresistas se ocupan de forma destacada del cambio
climático frente a medios de línea conservadora (Castillo & López, 2021;
Díaz, 2009). Pero al considerar el tipo de artículos publicados, se observan
diferencias entre medios que se limitan a reproducir crónicas y noticias de
agencias internacionales y los que producen sus propios contenidos en reportes,
entrevistas o columnas y que, al contar con secciones especializadas en
ambiente, se podría esperar una potencial cobertura sostenida sobre el problema
y una mejor calidad informativa en su tratamiento, como señalan Muguerza et al.
(2023). En ese estudio los dos medios que responden a este segundo perfil, La
Diaria y Búsqueda, tienen línea editorial opuesta. Es decir que, al menos en
Uruguay, el modelo de negocio y la orientación profesional del periodismo del
medio prevalece ante la orientación ideológica de su línea editorial a la hora
de distinguir el tratamiento del tema cambio climático.
En
cuanto a los marcos aplicados en los artículos, se aprecia el predominio de los
temas científicos, políticos y económicos tal como concluyen Badullovich et al. (2020) y muy alejados en la presencia
los temas más cotidianos relativos a salud, educación o problemas sociales.
Este marco reafirma el distanciamiento que la población percibe sobre la
responsabilidad que le toca en forma personal en acciones de mitigación ante el
cambio climático, y refuerza la idea que es un problema de responsabilidad de
científicos, políticos y grandes corporaciones (Nerlich
et al., 2010; Oltra et al., 2009; Porzecanski, 2021).
También
en lo que respecta a los marcos aplicados en los artículos, se considera que
existen carencias para atender las condiciones de comunicación que desafían al
tema del cambio climático. La complejidad y la abstracción del tema requiere un
especial cuidado en las cadenas argumentativas, en explicar los problemas,
causas e impactos y de querer movilizar actitudes y comportamientos de las
personas, así como también de plantear soluciones. En términos generales dos de
cada tres artículos de la muestra no realizan un tratamiento adecuado de la
cadena argumentativa porque solo presentan problemas, no los relacionan con
causas e impactos, no presentan soluciones o muestran discursos confusos o
contradictorios, entre otros problemas. Esta forma de presentar la información
que omite causas, impactos y soluciones, especialmente ante temas que revisten
alarma, va en contra de las buenas prácticas en la comunicación sobre cambio
climático que proponen diversos autores (Badullovich
et al., 2020; Fernández et al., 2013).
A
ello se le agrega que las evidencias utilizadas en los artículos refuerzan la
lejanía con la materia en cuestión (datos estadísticos, argumentaciones
científicas) y proponen pocas situaciones que vinculen el tema a las
experiencias concretas de los lectores. La mayoría de los artículos que
atendieron el tema con enfoques locales fue publicada por La Diaria y por
Búsqueda. Por último, por la alta dispersión de fuentes no surgen de la base
analizada instituciones o personas que estén en condiciones de actuar como
líderes de opinión en torno a este problema, lo que dificulta que ingrese a la
agenda pública. Muguerza et al. (2023) encontraron resultado similar en cuanto
a las escasas fuentes primaras y científicas utilizadas en la cobertura de
asuntos ambientales en Perú. En este sentido, González (2012) señala que la
comunicación del cambio climático requiere «estrategias dirigidas a crear
modelos mentales simples de cómo funciona el mundo para hacer visible lo
invisible, cercano lo lejano y personal lo ajeno» (p. 1050).
Estos
resultados permiten sugerir que en la comunicación sobre cambio climático los
mensajes deben estar filtrados por la identidad cultural de la sociedad (Stoknes, 2014), se debe atender que se trata de objetos de
comunicación complejos y altamente interdisciplinarios (Moser,
2016) y que se requiere tener muy presente el papel de las emociones en los
lectores (Moser, 2016). En el mismo sentido, y como
señala Tasks (2019) los comunicadores deben evitar el
uso de discursos políticos y las formas retóricas en el tratamiento del tema
cambio climático, aspecto que es especialmente relevante en Uruguay porque su
población presta especial atención a la comunicación de y sobre instituciones
políticas.
Conflicto de intereses
Los
autores declaran que no existe ningún tipo de conflicto de intereses.
Responsabilidad ética
Este
artículo presenta los hallazgos de una investigación de documentos públicos
(artículos de prensa) y cumplió con los principios éticos de la investigación
académica, en particular la correcta citación de documentos técnicos y
académicos.
Contribución de autoría
MA:
conceptualización, metodología, investigación, análisis formal, redacción
(borrador original).
GRM:
investigación, validación, redacción (revisión y edición).
Financiamiento
El
presente artículo no tuvo ninguna fuente de financiamiento y se realizó con
recursos propios de las autoras.
Declaración sobre el uso de LLM
Este
artículo no ha utilizado para su redacción textos provenientes de LLM (ChatGPT u otros).
Referencias
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Mónica Arzuaga-Williams
Universidad
Católica del Uruguay, Uruguay.
Doctora en
Comunicación por la Universidad de Málaga (España). Profesora del Departamento
de Humanidades y Comunicación de la Universidad Católica del Uruguay.
Investigadora del Sistema Nacional de Investigadores del Uruguay.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1193-287X
Autor
corresponsal: marzuaga@ucu.edu.uy
Graciela Rodríguez-Milhomens
Universidad
Católica del Uruguay, Uruguay.
Magíster
en Comunicación de la Ciencia y la Cultura por la Universidad ITESO de
Guadalajara (México). Profesora del Departamento de Humanidades y Comunicación
y directora del Centro Ágora de la Universidad Católica del Uruguay.
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3717-957X
© Los autores. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC - BY 4.0).